"El Hobbit: La desolación de Smaug" 2013 - Peter Jackson


BILBO EL INTRÉPIDO Y EL DRAGÓN.

En 'El Hobbit: La desolación de Samug' 'Peter Jackson' exprime el sustancioso filón de sus adaptaciones de la obra de 'Tolkien', que el director neozelandés supo reflejar ante el gran público de manera magistral. En la continuación de 'El Hobbit' se consigue despuntar una energía que 'El viaje inesperado' no tenía. 'Bilbo Bolsón'( Martin Freeman) a base de valor y tesón destilando una inteligencia refinada y mordaz consigue con los poderes de su tan preciado anillo ayudar en más de una ocasión a sus compañeros enanos ya sea salvándolos en un enmarañado bosque plagado de arañas gigantes, ya sea sacándolos de las cárceles de los recelosos elfos mediante una genialmente rodada huida del ataque orco en los barriles surcando un río o encontrando la entrada a la montaña donde reside el dragón. Mientras un solvente 'Ian McKellen' en el papel de 'Gandalf' va buscando el origen de las sombras representadas por 'Sauron' y sus ejércitos que se cernirán más tarde sobre toda la tierra media. En 'La desolación de Samug' se unen enanos, elfos y humanos con el reconocído Hobbit por razones complétamente distintas por las que posteriormente volverán a colaborar en 'La comunidad del anillo' para conseguir un objetivo común: Recuperar lo perdido que pertenece por derecho y luchar contra el mal que se avecina( curiosamente como debería hacer todo ciudadano en la realidad). En esta esperada secuela por fin podemos ver con todo lujo de detalles al dragón 'Smaug' que el entusiasta de las novelas de 'Tolkien' habrá imaginado tantas veces después de los más de 75 años que han transcurrido desde la publicación de su novela. 'Samug' se muestra en todo su esplendor deslizando con soltura su enorme cuerpo entre los cuantiosos tesoros y acechando a los pequeños héroes gracias a unos efectos digitales asombrosos que me hacen recordar películas como 'Dragonslayer' rodada en 1981 por 'Matthew Robbins' y 'Dragonheart' de 'Rob Cohen' en 1996 mezclando la imaginativa morfología del dragón de la película de 'Robbins' con las avanzadas técnicas de 'Dragonheart' para hacer hablar al dragón, pero elevadas en el presente film a su máximo exponente. En esta ocasión 'Peter Jackson' encuentra nuevamente la llave que abre toda una serie de sensaciones placenteras de espectacularidad visual que rodean a unos personajes que montan en una aventura fantástica de fantasía que hizo las delicias del espectador en su anterior y premiada trilogía del anillo. Y si en la anterior 'Viaje inesperado' dio la sensación insípda de unos lugares y elementos ya conocidos en 'La desolación de Smaug' la película fluye y se coloca gracias al dragón y a 'Bilbo el intrépido' como una apoteosis visual y narrativa que homenajea a 'Tolkien'. En conclusión, una segunda parte que supera a su antecesora en todos los conceptos y en la que se deja ver la mano del genial 'Guillermo del Toro' en cuanto a su tono más oscuro..Esperaré la conclusión ante la amenaza del dragón hasta la próxima navidad.

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