"Grupo Salvaje". Sam Peckinpah. 1969.


Un viejo borracho irreverente, indisciplinado al que le encantaban las armas de fuego, ése es Sam Peckinpah. El director que fue capaz de encadenar tres clásicos del cine como "Perros depaja (1971)", "La Huida (1972)" y "Pat Garret y Billy el niño (1973)", comenzó su andadura para la televisión en series como "The Rifleman (1958)", "Klondike (1960)" y "The Westerner (1960)", todas ellas con el oeste americano como principal reclamo y género que le dio fama. Peckipah consciente del dominio del western, realizó primero para la Metro Goldwyn Mayer "Duelo en la alta sierra (1962)" y más tarde para la productora Columbia Pictures la exitosa "Mayor Dundee (1964)", en la que se empezó a vislumbra los problemas entre director y productores por hacerse con el montaje definitivo, con repetidas discusiones de postproducción. Pero si existe una película que desvele los gustos y obsesiones de David Samuel Peckinpah, esa sin duda debe ser "Grupo Salvaje". Ubicada en plena revolución Mexicana (1910) "The Wild Bunch" refleja una época de violentas contiendas, en la que unos ladrones deben cruzar la frontera para sobrevivir. Unos ladrones la mayoría ya viejos, alcohólicos y despechados con la sociedad que les rodea, unos forajidos malvados, violentos y machistas que sin embargo mantienen lo único que les mantendrá unidos hasta la muerte...La amistad. Robert Ryan será el "Judas" particular de su antiguo grupo de colegas, persiguiéndolos acompañado de una banda de mercenarios, tan despreciables que hacen parecer a nuestro salvaje grupo de protagonistas como respetables antihéroes pese a su penosa condición de salteadores.

 

William Holden y Ernest Borgnine destacan de entre el resto de sus colegas tan maliciosos como honorables, tan etílicos como mujeriegos, tan orgullosos e íntegros, que al final después del robo de armas para el depravado general dictador interpretado por Emilio Fernández, alias "El Indio", se rebelarán contra él, debido a una cuestión de compañerismo hacia el más joven del conocido como "El Grupo Salvaje", ultrajado éste por el general por su condición de revolucionario. Entre cabalgadas, pirotecnia, disparos, bromas, risotadas y cantidades ingentes de alcohol y camaradería, nuestro escuadrón de "locos extrovertidos y bruscos" encontrarán un final más que antológico, con un último paseo, todos enfilados, hacia un patíbulo buscando la salvación imposible de un amigo, que hubiera hecho lo mismo que ellos de estar en su situación. El final de "Grupo Salvaje" es toda una eyección de furor y balas, tan sangrienta como memorable. Incluso niños, viejos y mujeres participan de la violencia desatada en una época de revolución, sinsentido y muerte, en la que el pueblo del méxico rural de la época sufre las pérdidas, y solo quedan longevos compañeros pisando los cuerpos de los muertos. La sangre derramada filmada por Sam Peckinpah es distinta a la del resto de sus coetáneos, un plasma escupido como nunca antes se había visto, con un realismo visionado a cámara lenta, dejando clara la manifestación de la muerte a causa de los disparos de las armas de fuego, imágenes en las que Peckinpah fue influido poderosamente por los documentales de caza. Sudor, alcohol, pólvora, honor, frivolidad, sacrificio, picaresca, redención, fuego y muerte en una obra maestra que conviene siempre revisionar, con un poder fílmico que trasciende de generación en generación.

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