MARCA FARRELLY'S.
¿Qué es lo que pasa con Mary? Efectívamente, 'algo'. Y este 'algo' es que el atractívo e ingenuidad de Mary provocan que en la película de los hermanos Farrelly
todo hombre se vuelva literalmente loco por Cameron Díaz. Los Farrelly´s Brothers desenmascaran el verdadero instinto masculino hacia las mujeres bellas e irresistibles (en el caso de Mary) como
si de alguna manera una bandada de buitres famélicos o una jauría de hienas hambrientas vieran en el personaje de Díaz un trozo de carne que levanta efluvios de apetito sexual incontrolable capaz
de traumatizar a algunos, corromper a otros e incluso contraer alergias a todo aquel que ponga sus ojos en la escultural rubia. Ni el personaje de Ben Stiller que es el único que en realidad
alberga sentimientos de sinceridad y amor hacia Mary (dado que es su amor de adolescencia) se salva, teniendo que verse obligado a contratar a un cochambroso y chapucero detective (Matt Dillon)
para que le proporcione información sobre su amada..Y aquí es donde todo se complica...Los hermanos Farrelly (Dos tontos muy tontos, Vaya par de idiotas) a base de ironía desmesurada salpicando
de escatología y todo tipo de excrecencias que harían de Abrahams y los Zucker de Aterriza como puedas unos niños de jardín de infacia manufacturan un humor picante y revolucionario tan
sinverguenza y falto de prejuicios que acabaron creando escuela. Los collarines ortopédicos, las casualidades, los equívocos y cualquier fluido humano son los ingredientes de la marca Farrelly
que tienen también la costumbre de utilizar de una manera totalmente respetuosa y humorística a deficientes físicos y mentales como parte importante de sus desconstructivas comedias. Todo en Algo
pasa con Mary es divertido ( exceptuando al grupo musical que toca la guitarra) e inesperado con gags en los que unos testículos pueden enzarzase en una cremallera, unas 'salpicaduras salinas' se
convierten en un fijador de pelo improvisado y un perro puede acabar totalmente escayolado. La moraleja a mi entender escondida en la citada comedia alocada, irreverente y exacerbada, está en que
todos los hombres debemos ser sinceros para que triunfe el verdadero amor.
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