AMBICIONES Y ENGAÑOS
Lo primero que se ve en 'La gran estafa americana' es una atroz transformación física de un Christian Bale que ya ha mostrado su capacidad en varias ocasiones para
adelgazar hasta límites insospechados 'El Maquinista', para muscularse en demasía 'Batman' y para adelgazar de nuevo ganando el Oscar 'The Fighter'. Aquí 'Bale' hace gala de una barriga
prominente con su personaje de timador con peluquín en los años 70's al que yo votaría como actor para la versión americana de 'Torrente, el brazo tonto de la ley' como 'Irving Rosenfeld'.
Timador que encuentra a una 'superviviente de la estafa' como él 'Sydney Prosser' (Amy Adams) asociándose con ella y tomándola como a su amante. La pareja de embaucadores a base de negocios
fraudulentos en ámbitos tan distintos como los préstamos falsos, una empresa textil y mercadería de arte falsificada será 'pillada' por un agente del F.B.I. 'Richard DiMaso' (desatado Bradley
Cooper) que ofrecerá el indulto a los engañadores negociantes si son capaces de ayudarle a atrapar y encarcelar a más corruptos como ellos. Todos los personajes en esta película (o casi todos)
contienen la ambición en sus personalidades (unos ambicionan dinero, otros por escalar puestos, otros por el sexo, otros por el poder o todos los comentados a la vez). En la película de David O.
Russell (3 Reyes, El lado bueno de las cosas, The Fighter) el camino hacia el sueño americano es ambicionado por todos, pero sin el menor sentido de la decencia y la respetabilidad...Todo se
consigue mediante el engaño y 'La gran estafa americana' utiliza elementos de la real operación 'ABSCAM' (Ab de Árabe, cam de engaño) ocurrida a finales de los años 70's para reflejar que tanto
senadores como congresistas e incluso alcaldes o determinadas personalidades en la política se dejan llevar por las mieles de la corrupción ante cualquier índice de conseguir grandes cantidades
de dinero fácil con un aquí supuesto capital de un jeque árabe. 'O. Russell' aplica una estupenda ambientación mostrando unos años 70 repletos de coloridos tonos pastel, acompañamiento musical
sacado de la famosa 'Studio 54', abundante laca, peluquines y rizados cabellos permanentados y almidonados para aprovecharse de un lujoso elenco actoral en el que destaca una alocada y liante
Jennifer Lawrence como ama de casa 'incendiaria' y esposa de Rosenfeld-Bale que puede dar al traste con la operación encubierto por su deslenguada actitud. La película es de un transcurso
aburrido y anodino hasta que en una breve aparición, un Robert De Niro como mafioso que consigue prender algo de intensidad a la trama es el que hace salpicar directamente a las personalidades
políticas para mover las turbulentas actividades económicas empujando a un final tramado por Rosenfeld para enmendar ante la ley sus estafas y dejar a cada cual en su lugar. A destacar en el film
se encuentra el enfrentamiento femenino de Amy Adams y Jennifer Lawrence por el amor del gordo embaucador de 'Bale' y las canciones de Tom Jones 'Delilah' y Paul Mc Cartney 'Live and let die'
(perteneciente a la primera película de Roger Moore interpretando a 007). En definitiva una película que se tenía merecido no ganar ningún Oscar de los 10 a los que estaba
nominada.
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