EXPERIMENTO DE RATONES.
El Corredor del Laberinto es moderadamente aburrida, y digo 'moderadamente' porque conforme va llegando el final del film la película va tomando algo de interés (tampoco mucho). Lo que a mi parecer, y creo que al de todo el mundo, iba a ser algo así como una copia de 'Los juegos del hambre', con un tono de fantasía de ciencia ficción para adolescentes que se basa en un superventas de libros, se torna a mi entender en una mezcla entre 'Escape de Absolom' de Martin Campbell (1994) y 'El señor de las moscas' de Harry Hook (1990). Es decir, una sociedad creada por niños-adolescentes que deben organizarse mediante una jerarquía si quieren sobrevivir por sus propios medios, en una explanada boscosa rodeada por un al parecer inexpugnable laberinto en el que habitan unas extrañas criaturas. El protagonista 'Thomas', llega a este lugar procedente de un lugar desconocido, sin memoria y con muchas preguntas e incógnitas para desvelar la historia que se desarrollará en la medida en la que Thomas va incumpliendo las normas del grupo. El laberinto es aquí tomado como el lugar prohibido al que hay que acceder si se quiere encontrar la libertad, un lugar plagado de peligros del que nadie sale con vida. Como digo, un film bastante simplón, que ha encontrado su hueco en la taquilla recaudando más de 200 millones de dólares en la taquilla de un presupuesto de algo más de 30. Una película en la que por momentos uno bosteza dado su desarrollo, pero que pasado un tiempo y cuando faltan unos 45 minutos para su final, va tomando un ritmo bastante aceptable que salva su estatus de pesada y plomiza aventura adolescente. En cuanto comienzan a aparecer nuevas secciones del laberinto descubiertas por el intrépido protagonista y se deshacen las leyes establecidas con las criaturas, que tienen cierto parecido en su cabeza al Kraken de 'Furia de Titanes' (2010) con apliques mecánicos en patas y cola, desatando el desastre en esta particular sociedad juvenil, es cuando uno empieza a 'despertar' del aburrimiento...En los citados últimos 45 minutos, se encontrarán por parte del espectador y de los personajes las resoluciones a la elemental materia a la que nos ha sometido el hasta ahora director de películas de animación Wes Ball basándose en la novela de James Dasher 'The Maze Runner'. A destacar secuencias como las de los enormes bloques de hormigón y metal levatándose y cayendo que reorganizan las vías del laberinto mientras los personajes corriendo las sortean para no morir aplastados, el comentado asedio al poblado juvenil y el final, que da unas respuestas y plantea otras nada más terminar, en lo que será una continuación de una franquicia en la que se experimenta a modo de cobayas cual experimento con ratones, en un laberinto más grande y con más respuestas que encontrar. Una continuación que espero sea más interesante que su antecesora.
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