EASTWOOD FRENTE AL PRESIDENTE
¿El hombre más poderoso de la tierra puede ser un corrupto, un criminal? ¿El poder absoluto da inmunidad a quien lo posee? ¿Un ladrón puede poner en jaque todo el "status quo" en la América de los sueños, las oportunidades y la supuesta auténtica justicia, amparada en su constitución por Dios?.. El material de la novela de David Baldacci hubiera hecho las delicias del maestro del suspense Alfred Hitchcock, pero es otro genio quien la adapta al cine. Alguien que dada su versatilidad, puede afrontar cualquier empresa cinematográfica convirtiéndola en obra maestra. Estamos hablando de Clint Eastwood, y siguiendo la estela de su reciente 85 cumpleaños, querría homenajearle con un papel por el que posiblemente no pasará a la historia, pero que en mi caso, y por razones que no desvelaré aquí para mi es una película que no olvidaré. Eastwood se mete en la piel de Luther Withney, un solitario y perfeccionísta ladrón de guante blanco e intachable conducta, que se convertirá en la única persona en señalar al presidente de los Estados unidos de América como cómplice de asesinato de la mujer del magnate de los negocios y amigo personal del mandatario, que lo puso en lo más alto de la política Walter Sullivan (El octogenario actor E.G. Marshall). En lo que parecía una infidelidad del presidente Alan Richmond (Un soberbio y malvado Gene Hackman) a su mentor en una majestuosa mansión, se complicará y acabará con la muerte de la mujer del millonario Sullivan, a manos del servicio secreto que la ha asesinado en una disputa en la que la señora de Sullivan, a punto está de acabar con la vida del inquilino de la casa blanca con un abrecartas.
Todos los escandalosos hechos son visionados por el ladrón "Whitney- Eastwood" que previamente había entrado en la mencionada mansión para robar, consiguiendo escapar con las pruebas suficientes para "complicar la vida" al asesino protegido con el "Poder Absoluto". Luther Withney tendrá que emplear a fondo su intelecto y destreza, para conseguir salvarse del complicado cerco al que es sometido por los servicios secretos mandados por el presidente por una parte, las maquinaciones del rico Sullivan por otra, además de la persecución de la policía que lidera un concienzudo Ed Harris. Uniéndose a un reparto excepcional, Scott Glenn (uno de los agentes que mata a la amante del presidente) y Laura Linney, puesta también en el ojo del huracán al ser hija del buen ladrón de Luther. Clint Eastwood consigue una trama enrevesada, apasionante e inteligentemente hilvanada en lo que se convierte en un thriller en el que caben una estupenda composición psicológica de personajes que acaban enfrentando de nuevo (después de "Sin Perdón (1992)") a Gene Hackman y a Clint, en una historia que mancha con tintes de cine negro a la patriótica y aparente impoluta casa blanca mediante el engaño, el asesinato y el encubrimiento que impregnan las más altas esferas de la política americana, en la que estarán involucrados jefes de gabinete, agentes secretos y asesinos a sueldo.
Pero por encima de toda la historia, en "Poder Absoluto" trasciende una historia de amor paternalista de un solitario padre que dejó abandonada a su hija, centrándose en robar los cuantiosos bienes de lo ajeno y que ahora tiene la oportunidad de resarcirse con ella, salvándola de todo lo que se les viene encima. Muchos críticos dirán que esta es una obra "menor" del gran Eastwood en la dirección, yo digo que "Poder Absoluto" no hace sino confirmarme que sólo los grandes son capaces de impartir clases de cine tan intenso, entretenido e interesante, con las maneras con las que el actor que fue "Harry el sucio" deja patentes aquí. Para terminar resaltaré también la maravillosa, sensible y melódica banda sonora de Lennie Niehaus, en la que Eastwood compone (dado que es un músico excepcional) el fragmento "Kate's Theme", una simple pero profunda pieza musical que me emociona en sobremanera. Tanto por razones artísticas como por razones de calado íntimo, que el que escribe se guarda para sí mismo, el "Poder Absoluto" de Eastwood merece mi reverencia, respeto y admiración. El auténtico "Poder Absoluto" fue el del actor-director nacido en 1930, que demostró que a sus 66 años cumplidos en 1996, todavía le quedaban excepcionales dotes direccionales, interpretativas y por qué no decirlo, también físicas para realizar su trabajo en las más altas cotas de madurez y experiencia, y que hoy en día sigue interesando y emocionando, de maneras desproporcionadamente atractivas para el espectador. Larga vida Clint...
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