RITOS SATÁNICOS
Al comprobar la definición exacta de la palabra "Regresión" en el diccionario, leo lo siguiente: Regresión, retroceso, acción de volver hacia atrás...Y eso es precisamente lo que creo que intenta Amenábar para traer de nuevo un cine que le devuelve al terreno de lo oscuro, de los tenebrosos recovecos de la psique humana, que ya demostró con las sombrías e inquietantes "Abre los ojos (1997)", "Tesis (1996)" y "Los otros (2001)", para apartarse después a unos lugares más académicos y de demostrada eficiencia cinematográfica (y biográfica) a través de "Mar adentro (2004)" y "Ágora (2004)". Tomando como referencia hechos verídicos ocurridos en los años 80's, la película "Regresión" nos traslada a unos ambientes sórdidos, rurales, de una Minnesota (USA) venenosa, cotilla, temerosa de Dios...Y de la Ciencia. La reclusión de Angela Grey (Emma Watson) en la parroquia, bajo los cuidados y protección del cura de la ciudad para ampararla de los supuestos abusos de su padre, levantarán la investigación exhaustiva y obsesiva del detective Bruce Kenner (Ethan Hawke), provocando un escándalo que servirá de comedero a la opinión pública, contagiando el miedo a toda una chusma que consume todo lo escabroso en el medio televisivo y novelesco. Un pavor generalizado al ocultismo definido por sectas y ceremonias satánicas que infecta, pervierte y también atrae a todo aquel que escucha o visiona a los afectados y testigos de los malévolo arcaicos acontecimientos que están ocurriendo, que perturban la mente de todos aquellos que directa u indirectamente tienen que ver con lo acaecido en el cobertizo de los Grey.
"Regresión" en un primer momento levanta unas expectativas elegantes y tenebrosas, que tienen en la ciencia de la psicología un incentivo que condimenta la narración con la suficiente enjundia como para atraer...Pero que poco a poco, y conforme va llegando el desenlace, echan todo de por tierra, con un final que a mi modo de ver mancha con confusión e incredulidad, un film que contiene trazos de manierismo en el terror, tales que la hacen equiparable a "La semilla del diablo (1968)" con tintes de "La novena puerta (1999)", acercándose aquí Amenábar a un Roman Polanski algo descafeinado, pero con momentos interesantes y escabrosos (ese aquelarre de pálidos encapuchados provocando toda serie de depravaciones escabrosas, dando rienda suelta a sacrificios y ritos sexuales). Alejandro Amenábar consigue con su última obra, una propuesta que procura acercarse a su primer cine, que sale perjudicada pese a pequeños momentos en cuanto a la calidad de trabajos anteriores...Una regresión como un pequeño salto atrás, comparada con el pasado cualitativo de un cinesata que aún así, sigue levantando pasiones y que seguro, seguirá sorprendiendo, introduciéndose (aunque sea sólo un poquito como en "Regresión"), en los cenagosos terrenos de la mentes humanas más retorcidas y opacas...
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