Octavia Spencer por su parte muestra un personaje amigable, parlachín y sufridor del machismo que contrarresta con un humor hábil y tenaz, y para terminar nos encontramos con un Richard Jenkins en estado de gracia que a mi modo de ver enternece con un señor gay "comedor de tartas", que es capaz de ver más allá de lo evidente para confabularse con su amiga muda y hacerle partícipe de su lucha por el amor verdadero hacía lo extraño. En "La forma del agua" el director Guillermo Del Toro crea una historia ubicada en unos preciosistas años 50´s bajo el telón de fondo de la guerra fría, no posicionándose ni con la antigua URSS, ni con los EEUU, buscadores ambos de la criatura para sus propios fines en el desarrollo de la carrera espacial a cualquier precio, sin fijarse en la magia y la "belleza " que suscita la criatura marina, "belleza" que sí sabe ver su enamorada privada de la voz.
A modo de anécdota, esperaba ver un nuevo cameo (como es habitual) de Santiago Segura en la película del director de "Blade II", pero en esta ocasión a falta de ello, no ha faltado una referencia a Torrente con el lavado de manos del personaje de Shannon en el urinario, a través de unas formas tan desagradables como despreciables en la manera en la que las hubiera hecho el maloliente detective casposo.
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