Un actor de método que se precie tiene que poder pasar del humor más contagioso al drama más profundo, provocar en el público sensaciones que no pueden ni deben pasar desapercibidas, y en estos términos Joaquin Phoenix como Joker consigue un personaje que pasará a la historia en un rol por el que han pasado Cesar Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger y Jared Leto, obteniendo el recordado y ya desaparecido Ledger un Oscar póstumo por “El caballero oscuro”, con un payaso malévolo que crearon para el cómic Bob Kane y Bill Finger inspirándose en la obra “El hombre que ríe”, tomando la imagen del actor Conrad Veit con una sonrisa perpetua salida de la literatura de Victor Hugo.
Pero el caso es que “Joker” no se basa en ningún relato directo de Kane y Finger, pero sí utiliza como protagonista al enemigo por antonomasia de Batman para tomar algunos personajes y el entorno del héroe enmascarado para ofrecernos una tragedia humana como reflejo de una sociedad podrida, corrupta y enferma (la nuestra), que no ofrece ayuda al enfermo, al desvalido, al débil, y que genera locos y dolientes urbanos, que aunque busquen desesperadamente amparo, la respuesta es la indiferencia, la desigualdad y el anonimato de seres humanos como el Arthur Fleck al que da vida Joaquin Phoenix en un Gotham City, eterno álter ego de New York que no perdona a los inocentes, “ni a los payasos”, que se traga a los dementes internándolos en el manicomio de Arkham o les da la salida del suicidio, en un marco ciudadano que es una argamasa de pobreza, crisis económica y suciedad, que se ve aliviada para Fleck por la inutilidad del mundo televisivo, y del monologuista y presentador, interpretado por Robert de Niro, en el que el enfermo protagonista de risa incontrolable deposita sus esperanzas de fama haciendo reír a los demás.
La participación de De Niro en “Joker” es totalmente intencionada siendo el “Taxi Driver” de Martin Scorsese una de sus referencias, y la otra “El rey de la comedia”, las dos películas entrelazadas añadidas al personaje del cómic de DC y a la desmoralizadora situación de la inhumanidad existente en las grandes urbes fagocitan este Joker que, al depositar toda la película en el inspirado protagonismo de Phoenix, genera un malestar y un llamamiento de denuncia a la sociedad actual tan reivindicativo como destructivo, un hombre empujado a ponerse una máscara que le da la libertad para el mal, guiando involuntariamente a toda una serie de ciudadanos que ven en él a una figura a quien imitar, alzando la voz contra los poderosos y los agentes de la ley, a través del disturbio y el caos.
La película de Todd Phillps es una violenta y demoledora declaración de que hay un cine que se inspira en el cómic, que tiene personajes de verdad con multitud de posibilidades y una cantidad de aristas emocionales que sirven tanto como espectáculo como cine social.
El estreno y las reacciones de “Joker” han producido que se tomen medidas de seguridad en algunos cines de EEUU, temiendo que se produzcan los asesinatos acaecidos durante el estreno de “El caballero oscuro: la leyenda renace”, que incitaron a la locura de un ciudadano disfrazado que armado, disparó a multitud de espectadores en un cine.
Dejando aparte todo “lo doloroso” de esta película, hay interesantes datos como referencia al cómic como a las películas de Batman, apareciendo en un noticiario el mismo actor que interpretaba al presentador de las noticias tanto en “Joker” como en el “Batman” de 1989, y otras del interés al saber que en anteriores versiones de la muerte de los padres de Bruce Wayne/Batman, en los cines en los que son asesinados se proyecta “El Zorro” (que alentó a Kane y Finger para crear a Batman), proyectando en la versión de “Joker” el film “Estos Zorros locos locos” (The gay Blade), dejando clara la independencia del film de Phillips sobre las demás versiones del héroe oscuro de Gotham.