La serie de novelas de Pamela Lyndon Travers fue llevada al cine, e interpretada por la inolvidable Julie Andrews, una niñera con maneras de divertida institutriz que todos hubiéramos querido tener, con cantos, bailes, dibujos animados y una musicalidad inolvidable. Mary Poppis se ganó los corazones de todo el mundo, y le dio a Walt Disney la única nominación al Oscar mientras vivió.

¿Quién no ha dicho alguna vez “súpercalifragilísticoespialidoso”?

Es posible que no muchos se acuerden de este personaje, pero Debbie es una de mis niñeras elegidas, puesto que su ácido humor homicida fue una de las bazas que hizo que la continuación de la Familia Addams fuera todavía, si cabe, aún más divertida. El nacimiento de Pubis Addams provocará la contratación de esta viuda negra, camuflada como niñera para engatusar al despistado de Fétido Addams, con el propósito de casarse con él, matarlo y heredar la fortuna familiar. Pero antes tendrá que demostrar sus dotes con los más pequeños de la casa, y para ello tendrá que pasar por una estricta selección de aspirantes al puesto….

Nada menos que el fallecido Robin Williams tendrá que luchar por ver a sus hijos a cualquier precio, y lo digo porque la señora Doubtfire, experimentada niñera con un particular acento británico, pondrá orden en la familia a través de un humor, inteligencia y ternura inusitados, es en realidad el papá de los niños, un entregado padre que es capaz de emular a Dustin Hoffman en Tootsie, fingiendo ser una señora estricta, amable, justa y divertida, creando toda una serie de jocosas situaciones que hacen de la señora Doubtfire, una de las interpretaciones más inolvidables de Robin Williams.

Fea, gorda, verrugosa y con unos dientes horribles Nanny McPhee llega al hogar de los Brown, allí descubrirá a unos niños que han provocado el abandono de 17 niñeras anteriores. La señora McPhee a base de unas particulares reglas pondrá en orden todo el meollo familiar de los Brown, evitando que los pequeños acaben en el orfanato, consiguiendo en los niños virtudes y valores que hacen que, de manera mágica, su niñera vaya perdiendo los feos rasgos que la caracterizan para mostrarnos que debajo de todo ese maquillaje estaba Emma Thompson.

¡¡Yo también hubiera querido a Scarlett Johansson como niñera!! La pregunta es ¿Y quién no? La buena de Annie Braddock descubrirá que después de sus estudios universitarios, el trabajo en un banco no cubre sus expectativas laborales, por lo que acabará en una acomodada familia cuidando a un niño rico, que aprenderá de “su cuidadora” a valorar la vida por encima del dinero.

Después de acabar con mortíferos robots, mortales extraterrestres y villanos de toda clase y condición, a Schwarzenegger le llegó el momento de enfrentarse a uno de sus más mortíferos enemigos…… los niños de una guardería. Schwarzenegger volvía a la comedia creando a uno de sus personajes más inolvidables con el personaje de John Kimble, un policía convertido en niñera, dejando claro que, con ejercicio físico, disciplina, un hurón y algún pequeño grito, se puede meter en cintura a todo un ejército de mocosos: -Los niños tienen pene, las niñas vagina-, ¡¡-No es un tumor!!-. Memorable.

Y dejo para el final a la sra. Mott (Rebecca De Mornay), dejando claro que nadie en su sano juicio contrataría a esta mujer, de conocer la retorcida y desgraciada personalidad de una fémina aparentemente encantadora, bella y educada, que esconde a la mismísima mujer de satanás tal y como se comporta con la familia a la que ha ido a parar. Una niñera pesadillesca, posesiva y con un instinto tan maternal como asesino