"SIN RODEOS" Santiago Segura (2018)

Creo firmemente en que Santiago Segura ha empezado a domesticarse como director después de la saga Torrente, y lo digo así, sin despeinarme, porque además de ser calvo, la película de la que escribiré a continuación me ha hecho disfrutar de una manera muy diferente a las aventuras del zafio, cochino y orondo expolicía. Segura ha puesto a una estupendísima Maribel Verdú en la piel de una mujer de mediana edad con una vida cotidiana que la está aplastando y amedrentando, provocándole ataques de ansiedad tanto en lo personal como en lo profesional.

 

El personaje de Vedú debe soportar la vaguedad y pasividad de su pareja, los descaros de su hijastro, el acoso laboral de su jefe imponiéndole una compañera de departamento interpretada por una Cristina Pedroche igualita que la que vemos en televisión, aguantar la indiferencia de su amiga personal en la piel de una Cristina Castaño obsesionada con las redes sociales , ver cómo su expareja a la que dejó hace 10 años y con la que mantiene una estrecha relación de amistad, se somete ante una novia dictatorial, todo, a la vez que oye continuamente los ruidos de su fiestero vecino (Enrique San Francisco), y los caprichos de su animalista hermana (Toni Acosta) con su gato, encontrándose por el camino con variopintos personajes como el estricto técnico del cable (Florentino Fernández), y una deslenguada conductora que en un breve pero intenso papel aborda con soltura y rabia Candela Peña.

 

"Sin rodeos" es una fresca y satírica comedia que me hace reflexionar sobre la falsedad de las redes sociales mal utilizadas (en donde entran los personajes de Pedroche y Castaño), sobre la falta de escucha de unos hacia otros (véase el novio de la protagonista, Castaño otra vez y la hermana de Verdú con el dichoso felino) sobre la falta de empatía, la imbecilidad de cierto tipo de burocracia laboral, y el infructuoso intento en demasiadas ocasiones de solucionar civilizadamente cualquier problema al que nos enfrentemos.

 

La falta de escucha a "la pobre" Paz (Verdú) de prácticamente todos los que la rodean, está perjudicando su salud incrementada por pastillas recetadas  por su psiquiatra (El Gran Wyoming), más interesado en completar crucigramas que en hacer su trabajo, lo que  lleva a Paz al borde del ataque de nervios, recurriendo esta a un telepredicador hindú que aborda el propio Segura, recetándole una pócima milagrosa que hará que Paz se deshiniba y tome las riendas de su vida.

 

Me asombra cómo Santiago Segura le da un bofetón a la nimiedad de la sociedad en la que vivimos, tomando a bufa las redes sociales, la falta de comunicación entre los seres humanos, el desorden en la escala de valores (en la que a un gato quiere dársele la ciuadanía española y se le habla y comporta como si el animal fuera un humano más),  el libertinaje de la juventud tal que, aún en su analfabetismo se les aplaude y reconoce como a youtubers e influencers de poca monta, todo ante los ojos de una mujer que no es escuchada, vilipendiada e ignorada hasta que toma un elixir que le hace tomar las riendas de su vida para sobreponerse a todo.

 

Aplaudo la interpretación de Maribel Verdú y el esfuerzo de Santiago Segura en la dirección ofreciendo un distanciamiento hacia su "Torrente", y como siempre me satisface la participación de multitud de amiguetes de Segura tales como los mencionados Florentino Fernández, Wyoming, Enrique San Francisco, su inseparable José Mota, y hasta ¡¡Cañita Brava!!

 

Por poner alguna pega no me entusiasma ese almibarado final, aunque me encanten las canciones de Alaska como buen ochentero que soy.

 

En definitiva, "Sin Rodeos" es una simpática película que si la analizas bien es mucho más ácida de lo que puede aparentar.

 

Bien por el "amiguete" Segura...